Tuesday 24 July 2012

11/O2/2O12

Te das cuenta de que tocaste fondo cuando te ves caminando hacia el río con los cordones desatados, el delineador corrido y sin música ni libros, ni siquiera un cuaderno. Nada.
Y ahí estaba, sumida en la decadencia, superada por el peso de mi propia existencia y todo lo que esta conlleva, mirando el río, el cielo y la nada a la vez. Quería silencio, lo necesitaba; había tenido otro episodio, una oscilación excesivamente fuerte, una clara manifestación de mi patología. ¿Producto de qué? Del exceso de todo, el cúmulo de emociones sumado de la paranoia que nunca falta, la presión, el desgaste, el cansancio; rara vez puedo decir que algo me sale bien y para colmo soy asquerosamente perfeccionista.
La frustración tiene un papel muy importante en mi vida, sí.
Díganme desagradecida, que soy una estúpida por ponerme así en vísperas de un viaje, lo que quieran, no los culpo, ustedes son normales.

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